lunes, 7 de marzo de 2016




En mi yugo yace el olor de tus cabellos.

Pasan los años, y todas las noches, este olor se vuelve tan húmedo que parece penetrar por los poros de mi piel. Y entonces, irremediablemente, vuelvo a soñar con el pasado que compartimos. Y viajo por el tiempo hasta un destino situado en un punto futuro, ilusorio. Todos los recuerdos son caminos que acaban con la ilusión de ser feliz a tu lado. Sueño despierta, mis ojos no consiguen cerrarse desde que están concentrados en encontrar tu sombra en algún rincón de la habitación.

Pasan los años, y todas las noches, el susurro de tu voz en otros tiempos resuena con fuerza en mi interior. Y viajo por el tiempo hasta u destino situado en un punto futuro, ilusorio.

Ha cantado de nuevo la mañana, pero yo no he conseguido descansar. El sol no sale para mí desde que paso las noches en vela. El sol no sale para mí desde que no estás en paz.

Quisiera cerrar los ojos, y encontrar el descanso sabiendo que la paz firmó la historia que vivimos. Pero no es así.

¿Cómo puedo entonces pensar que esto ha terminado?

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