Muchas fueron las manos que acariciaron mi pecho afelpado.
Muchos los cuerpos que, sobre mi esqueleto abovedado,
se batieron en grandes batallas de pasión y delirio acalorado.
A mis espaldas pequeños guerreros buscaban cobijos,
y a mi vera imaginaban universos y entresijos,
y reinaban, soberanos y plenos de regocijos.
Felinos arañaron en busca de mis entrañas,
y canes a mis lomos mitigaron sus migrañas,
en las largas tardes del invierno taciturno
bajo la compañía de un roído coturno.
Y tras muchos años, mi brío se fue desgastando;
mi olor a nuevo se fue evaporando
y el tono ocre se fue apagando.
Y esque así es la vida protagonizada por un sofá
similar a la de un canapé, un sillón o un diván.
Mas también parecida a la de cualquier humano
Pues si hoy fui joven, mañana seré anciano.
Y como tantos otros yo también he notado
que la vida, cierto día, huye de tu mano.
Que manera tan bonita de escribir y hacer estas sentidas crónicas de vida.
ResponderEliminarMis felicitaciones y admiración =)
Felicidad y inmensas alegrías para ti, Lilo.
Primero el título: excelente.
ResponderEliminarEl cuidado inteligente de pensar las imágenes, surtir la palabra de metáforas correctas, que van direccionando al lector subido en la melancolía que transporta la idea y la embute en uno mismo, pura introspección, y acercarse al pensamiento tanto tanto y no caer en el, sin dejar de ser poema. Y por ende, ser belleza.
Un saludo y luego de leer este poema, me quedo en tu espacio.
Si lo permites.
Y también si no, pues esto es para todos.
Un saludo.