lunes, 9 de marzo de 2015

la orquesta del silencio.



De nuevo el insomnio acecha mi morada y la prisa invade los latidos del corazón. La misma habitación, repleta de sentimientos totalmente distintos. Autocompasión, placer masoca y avergonzado arrastra su recuerdo. Él.

La soledad se convierte en la mejor compañía cuando se trata de vagar por los recuerdos. Ojalá pudiese arrancar esta ansiedad de mi pecho y escupirla por la boca para poder enfrentarme a ella una vez más. Pero ahora parece que quema demasiado, y no puedo pensar en otra cosa que no sea el tiempo.

El tiempo pasa y parece que las cosas siguen igual. Pero solo lo parece. Mi corazón sigue aullando como cada noche, no grita más fuerte pero a veces parece susurrarme que está casando. Tal vez sean simples delirios. Todas las obsesiones tienen sus cantares.

Pero esta noche suena la orquesta del silencio  y no puedo escuchar los lamentos de mi corazón. El ambiente está colmado de un vacío que parece ser tan denso que no me deja resipirar.

Pesadillas.

Por un momento pensé que eran pesadillas, pero entonces cerré los ojos y comencé a imaginar cosas. Es imposible que sean pesadillas porque todavía sigo despierta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario