jueves, 11 de febrero de 2016

Ritmos y pausas en el preludio de la Orquesta del Amor.

Todo se transforma. El tiempo pasa y nosotros cambiamos a su paso, es por eso que ya no somos quienes fuimos. Sin embargo, si hay algo que nunca muere, son los recuerdos y la música. Y yo te quiero como en la primera canción. Esa orquesta que dio comienzo cuando nuestros cuerpos se rozaron tímidamente por primera vez en la terraza de un edificio cualquiera, pero que formaba parte del recuerdo de los mejores años de nuestra vida. Quizás por eso aún recuerde su trágica progresión hacia el clímax, y la posterior calma…El silencio. Y mientras tu silencio trata de poner fin a nuestra canción, yo sigo gritando a oscuras. Esperando ansiosamente la noche, para poder recordarte, para poder seguir el ritmo de esta melodía. Sé que mientras cante no me olvidarás. Y sé que mientras cante no te olvidaré. Solo quiero que entiendas que no debes estar triste, todo lo contrario. Debes estar feliz, porque lejos de olvidarnos y dejar de sentir, algo hace que sigamos creando música.


Sigamos creando, aunque sea en la distancia. Porque al fin y al cabo, para eso estamos aquí, para crear. Y no hay mayor creación que esta, el amor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario