martes, 25 de octubre de 2016

sueño raro.



el descubrimiento de los ansiolíticos puede ser muy tentador para alguien al que la vida le resulta inocua. Para mí, ha sido la puerta hacia un mundo mágico en el que yo poseo el control de todo cuanto sucede. Allí hasta lo amargo resulta dulce, sobre todo cuando has aprendido a reconocer los pequeños detalles que te indican que te encuentras en otro plano diferente, en un plano astral.

Sin embargo, hace tiempo que una luna hirviente y rojiza se impone en el cielo de mi escenarios oníricos, y no logró entender por qué siempre sucede este evento extraño: un aguacero ardiente brota de repente de cada una de las grietas que se abren en el cielo, imperados por esta luna roja, y todos y cada uno de los personajes enigmáticos que allí se encuentran parecen ignorar la visión del fuego, y yo huyo permanentemente asustada. Curiosamente, siempre llega el momento en el que la lluvia silenciosa comienza a sonar por primera vez, y es entonces cuando esas brumosas personas estallan a rugidos y me unen a mi carrera infinita. Por alguna razón, en mis sueños, mientras galopo hacia un horizonte que parece estirarse infinitamente (y mientras la lluvia sigue sonando y sonando) siento una extraña preocupación por encontrar a determinadas personas, que realmente no sé quiénes son. Es decir, yo estoy corriendo, corriendo hacia algún lugar impreciso, hay gente que se une, pero yo necesito la ayuda de alguien que, por algún motivo, siempre se encuentra ausente. Y mientras la ecuación que se repite una y otra vez, está tiendo lugar una lluvia, que antes era visible, que ahora es audible, que y jamás será sensitiva... 

Este sueño frecuente es tan nítido como lo es cualquier experiencia en estado de vigilia. Demasiado realista como ser olvidado. Pero es solamente eso, un sueño, y como todos sabemos, es científicamente inevitable que algunos fragmentos de la historia que "se pierdan". Supongo que ese es el verdadero motivo por el que recurro al ansiolítico. Esperando encontrar los fragmentos que complementen los espacios vacíos de la historia. 

Es gracioso, porque ahora estoy bajo los efectos de un ansiolítico, y he pensado que, en la vida real, quiero decir, en el plano material, el motivo por el que recurro a cualquier vicio, al igual que tú, amigo mío, es para llenar un espacio vacío en una historia, la historia de mi vida.


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